martes, 25 de agosto de 2009


Está lloviendo demasiado...es un buen día para salir. Normalmente la gente sale en los días soleados pero yo no, a mi los días soleados me ponen nerviosa, demasiada gente, niños gritando y padres intentando hacer amistades. Y yo salgo para pensar, para reconstruir mi vida, para pensar en todo lo que he hecho desde que llegué al mundo. Cojo mi paraguas azul, el azul me gusta, da libertad, serenidad...tengo mil cosas azules. Tambien me gusta el verde, mi madre dice que me sienta bien con mis ojos grises. El gris es el único color que no me gusta, ni si quiera aparece en el arcoiris, es triste, me agobia y no me dice nada. Es que los colores me hablan, me dicen como voy a estar ese día y mil cosas más. Vivo sola en un pequeño apartamento, la gente dice que soy algo insociable pero mis plantas no dicen lo mismo, ellas siguen creciendo con mis historias y son agradecidas.
Vivo sola por que me ponía nerviosa en mi casa, tengo una hermana que es lo contrario a mi. Ella es...esa clase de chicas que a todo el mundo gusta por el simple hecho de ser guapa y simpática con el mundo. Ella es rubia, tiene los ojos negros, unos labios prominentes y una sonrisa de ensueño. Es perfecta. Pero yo estoy contenta con mi carácter asocial, con mi nariz prominente, mis ojos grises, mis labios de buzón y mi cuerpo de culebra. Estoy contenta con todo eso, menos con mi dificultad para el amor. El amor es algo verdaderamente bonito, hasta a las personas asociales como yo, nos encanta el amor, y podemos enamorarnos. Y yo, asocial de nacimiento, debo decir...que estoy enamorada.

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