lunes, 8 de febrero de 2010

Y se lanza hacia sus pechos, como un guepardo se lanza sobre su presa, salvaje, pero con sumo cuidado, y con las mismas ganas con las que un niño se come un pastel de chocolate. Los coge, los junta, los besa, la mira y le dice cuanto le encantan. se besan, se terminan de desnudar sin dejar de besarse, ella pega un salto y se sube en el, quiere que el la coja en brazos, se besan, jadean y aun no han comenzado y ya se mueren de gusto.
Caen al suelo y se queman con sus propias pieles, de sus poros salen chispas, salen las ganas de comerse mutuamente, ella toca su miembro y a el se le eriza la piel, al sentir su mano ahi, ella le encanta como muy pocas cosas le encantan en la vida. Coge su sexo y se tocan mutuamente, freneticamente, no pueden más, y ella se pone encima de el, quiere sentirle, hablarle al oido, decirle lo que está disfrutando del momento, pero no le salen las palabras ni a el ni a ella, solo pueden mirarse, jadear, no pueden ni besarse, no pueden cerrar la boca entre tantos jadeos, llegan a la meta,al final, y llegan juntos, les parece impresionante poder hacerlo juntos, y caen rendidos en el suelo.
-Te amo
- Yo más
- ¿Tienes hambre?
- sshh...disfruta del silencio.